martes, 13 de octubre de 2009

Armando la Mochila

Acabo de leer "La geografía de la felicidad, un viajero en busca del país mas feliz de la tierra" de Eric Weiner, y creo que sin una sola miga de originalidad se me dio por empezar a escribir de qué trata MI viaje. El de él es claro desde el título, viajó por el mundo con la intención de descifrar donde queda el país más feliz de la tierra, recorriendo Suiza, Islandia, Bután, Qatar, la India etc. El mío también.

Mi chaleco y mi Bombín terminan de vestirme para hacer magia. Magia que quiero me lleve a recorrer desde México hasta Argentina, conociendo gente, mostrando mi magia y tratando de entender el porqué de un interés casi insensato de viajar.

Es mi 4to emprendimiento de viaje, con ansias de dar la tan idealizada "Vuelta Latinoamericana" que incluye recorrer todos los países desde México hasta el sur de la Argentina.

Mi primera vez, recorrí un apenas del sur de Argentina, al verano siguiente empecé a volver desde Cusco en el hermoso Perú.

El próximo verano, también fue Cusco el destino final pero la vuelta fue por otra ruta, cruzando el desierto de Atacama en Chile, quedando sin poder cruzar desde Chile para Argentina durante dos días, durmiendo en una cómoda garita policial fronteriza.

3er intento. Desde Tucumán, comencé a subir. En la Paz encontré a quien ese momento era mi hermosa compañera de viaje, Luz (creía yo, una pareja podría hacer de este tercer intento la tan ansiada vuelta latinoamericana más simple de realizar). Aquí tuve un pequeño inconveniente y un tan John, un médico británico, me dijo que durante la próxima semana mi habitación sería compartida y la cama 7 del hospital público de La Paz me iba a alojar. Apendicitis.
De ahí comenzamos a subir con Luz al lado, bancándose el mal humor, que duró apenas 15 días, donde en Lima, me sacaron los puntos, y pude seguir subiendo.
Entre otras cosas que entendí (o creo haber entendido) es que me fascinaba hacer magia, en ese entonces sólo hacía algunos juegos y estudiaba de hobby. Seguimos subiendo, y entramos a recorrer el hermoso Río Amazonas en algunos barcos. Conociendo gente, argentinos, Neocelandeses, belgas, y por supuesto brasileros. En total 8 días de viaje con el mismo menú de arroz, frijoles, fideos y un estilo de carne que todavía no logro comprender muy bien que parte de que animal era, pero no era feo! Llegamos a Belém, y un avión nos trajo a casa.

Básicamente esas fueron mis experiencias de viaje. Regresé a Buenos Aires con la espina clavada, todavía no había podido recorrer toda mi hermosa Latinoamérica. Comencé a trabajar en una oficina y paralelamente a estudiar Magia, Cursos, por Internet, con libros, videos, y con mi primo BORIDI, quien me mostró desde el principio todo lo que sabe, de la manera más sincera que conocí en un artista, alguien que realmente ama lo que hace, y se nota.

La magia se fue comiendo todo, inclusive mi carrera universitaria (Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires) y me hace cada vez más feliz pasar horas ensayando delante de un espejo, escuchando algún programa grabado de "La venganza será terrible".

Sin compañera esta vez. Renuncié al trabajo. Agarré las cartas y las monedas con más ganas que nunca y compré un pasaje con destino México para el 5 de Noviembre. Creo en vivir de otra manera, de lo que mi magia me sirva de menú y en la capacidad de sorprenderse de la gente. Quiero entender y ahondar en las miles de formas que tenemos de sorprendernos, y caminar por todas las rutas latinoamericanas que alcance a ver. Quiero sacarme el peso, y la responsabilidad de vivir forjando un futuro, sembrando para cosechar quien sabe cuando, y qué. Quiero vivir sin el peso de la originalidad pero con la pasión de quién sabe que hace lo que le gusta, y que encima puede llegar a gustarle a los demás.

Eric Weiner en sus conclusiones finales escribe " Estoy aprendiendo como aconsejaba W.H. Auden a "Bailar mientras puedas". No dijo Bailar bien, y le doy gracias por ello". Coincido mucho. Quiero viajar mientras pueda, y hoy puedo. Hoy no, todavía falta para el 5 de Noviembre, pero lo espero con un miedo enorme, que genera su equivalente en entusiasmo y energía.